La cultura maya ha destacado por sus notables escultores desde la época Prehispánica. Con materiales como la piedra y el estuco, crearon figuras en relieve que usaban para decorar sus principales edificios, graderíos, columnas y dinteles. Casi todas las figuras representaban a los gobernantes y sus linajes, así como sus ancestros y seres sobrenaturales relacionados con importantes eventos cósmicos y míticos.

La regla era utilizar piedra local, aunque existen excepciones en las que la piedra era importada de otras regiones. De esta cuenta se tienen esculturas y monumentos en piedra caliza (como en Tikal, Cancuén, Calakmul, Palenque y otros sitios), piedra de basalto (como en el Altiplano Central Volcánico de Guatemala y boca costa del Pacífico), toba volcánica (como en Copán), arenisca (como en Toniná y Quiriguá) y pizarra negra (como en Calakmul, pero importada de las Montañas Mayas), entre otras.

Mención especial merecen las estelas, los altares y paneles, los cuales eran labrados en piedras individuales que eran colocadas después en algunos edificios. Muchas de estas esculturas eran auténticos documentos que narraban -e ilustraban- la historia de los personajes de la nobleza o del mundo sobrenatural. De esta manera, la escultura de los mayas estuvo íntimamente ligada a la escritura.

Los mayas también trabajaron la escultura de bulto, realizada en otros materiales, como el estuco y la cerámica. Lo que más esculpían los mayas era la figura humana pero también les gustaba modelar plantas, animales y seres mitológicos como la serpiente emplumada, los monstruos terrestres, el K'inich Ahaw (deidad solar)y las aves celestiales.

El Artista Maya

Los antiguos mayas construyeron en los bosques de Mesoamérica, una de las civilizaciones más sofisticadas del Mundo. Desarrollaron un complejo sistema de escritura, inventaron el concepto del cero para la completación de cantidades, documentaron el movimiento de los planetas y estrellas de manera precisa y calcularon sus ciclos para crear el calendario más exacto conocido.

La sociedad Maya estaba dominada por la familia del gobernante y los nobles principales. La corte real incluía otros personajes como artistas, cantores, danzantes y músicos; sirvientes, sacerdotes, diplomáticos y guerreros, así como jorobados y enanos, los cuales eran asesores confiables del gobernante. El resto de la sociedad también tenía  matemáticos, escribas, guerreros, tejedores, astrónomos, comerciantes y campesinos.

Entre todos, destacaban los artistas, que aunque famosos por sus grandes y hermosas construcciones, también practicaron otras artes que tuvieron gran importancia. El artista era un personaje destacado en la sociedad maya, generalmente relacionado a la familia del gobernante y a la nobleza. El artista era generalmente un pintor extraordinario y un artesano preparado en varias disciplinas tales como escritura, caligrafía, el calendario y el significado y representación de los símbolos (iconografía).

Entre las obras más destacadas de los mayas está la cerámica. Los mayas elaboraron con barro algunas de las más hermosas piezas del mundo Prehispánico. Las más antiguas tenían formas muy simples y no estaban decoradas, pero con el tiempo sus diseños se volvieron cada vez más complicados, llenos de colores y relieves.

Gran cantidad de vasos, platos, cuencos y vasijas de diferentes formas fueron pintados con escenas naturales y sobrenaturales. La mayoría de las pinturas mayas han sobrevivido especialmente en la cerámica en la cual se representaban escenas históricas, sus creencias espirituales y deidades, así como su entorno natural.

Según su especialización el artista maya dominaba otras técnicas para la creación de obras en varios materiales, como la cerámica, jade, pedernal, obsidiana, hueso, concha, plumas, textiles y pintura. 

Esta muestra permanecerá abierta hasta mediados del mes de junio.